Entre los siglos XI y XIII, Ribagorza acumuló un sinfín de ermitas, parroquiales, monasterios, castillos, puentes, objetos exquisitos y una catedral. Si algo define el patrimonio ribagorzano es esa omnipresencia del románico. Uno de los ejemplos mas primitivos S. Aventín de Bonansa, luego la obra de los maestros lombardos en Santa María de Obarra, la Catedral de Roda de Isábena. Santa Maria de las Rocas de Güel, San Esteban de Conques, el monasterio de los Santos Justo y Pastor en Urmella, San Antón de Pano, ermita de San Vicente de Finestras, ermita de Santa Quiteria y San Bonifacio de Montfalcó, ermita de San Román de Castro y ermita de Nuestra Señora de Gracia de El Run….

 

Tampoco faltan pinturas murales y piezas excepcionales de arte mueble como las que atesora la sede rotense, que fue uno de los referentes culturales del Aragón románico.