La fiesta de las Fallas se enmarca en las fiestas del fuego de San Juan, muy comunes en las localidades de montaña y generalizadas en los pirineos.
En la Ribagorza los municipios Sahún, Montanuy y Laspaules han celebrado estas fiestas de manera ininterrumpida y otros como Aneto, Bonansa, Gabás y Castanesa lo han vuelto a instaurar, aunque en otros desapareció.
La fiesta suele ser el 23 y 24 de Junio, aunque en algunos pueblos cambia la fecha. El ciclo de la fiesta comienza un mes antes con el inicio de mayo, cuando los falleros van hacia los bosques para cortar los ejemplares que servirán para preparar las fallas.
El día 23 se suben las fallas a la cima del Faro y allí se enciende una hoguera, se encienden las fallas y una serpiente de fuego se dibuja en la ladera de la montaña, que desciende poco a poco hasta llegar al pueblo. A la llegada se toca a oración desde la campana de la iglesia, se va hasta el cementerio donde se hace una señal y finalmente se vuelve al pueblo, donde lanzan las fallas al pie de la falla grande, formando una imponente hoguera.
Toda esta fiesta esta aderezada por un conjunto de eventos tradicionales, catas gastronómicas de los productos tradicionales de la tierra y bailes tradicionales, continuando hasta el amanecer.
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Las fiestas de las fallas fueron declaradas, en 2013, Bien Inmaterial del patrimonio Aragonés, como paso previo a la candidatura de Patrimonio inmaterial de la Humanidad, presentada junto a Sobrarbe, Cataluña, Andorra y Francia. |
