Entre los siglos XI y XIII, Ribagorza, debido a su situación como territorio de frontera, acumuló un sinfín de iglesias, ermitas, monasterios, castillos, puentes, y hasta una catedral.

Si algo define el patrimonio ribagorzano es esa omnipresencia del románico. Recorreremos el románico desde uno de los ejemplos mas primitivos como es San Aventín de Bonansa, hasta llegar a la impresionante obra de los maestros lombardos como en Santa María de Obarra, la Catedral de Roda de Isábena, El Monasterio de Alaón o la ermita de Nuestra Señora de Gracia de El Run…. Tampoco faltan pinturas murales y piezas excepcionales de arte mueble como las que atesora la sede rotense, que fue uno de los referentes culturales del Aragón románico. En definitiva, Ribagorza es un buen lugar en el que no solo los amantes de la historia del arte pueden conocer de manera profunda este periodo artístico, sino que cualquier visitante, sean cuales sean sus conocimientos sobre el románico, reconocerán la grandeza y la importacia histórica que un día tuvo este territorio a través de las construcciones y vestigios que aún se alzan de manera solemne. Es poco probable que haya otro lugar como Ribagorza, que con 2460 Km2 disponga de tantas muestras de Románico a lo largo y ancho de todo su territorio.